Certificado de eficiencia energética: obligatorio si quiere vender su casa

Una de las cosas que debemos tener en cuenta si estamos pensando en vender nuestra vivienda es el certificado de eficiencia energética.

Un documento imprescindible y obligatorio si quieres vender tu vivienda, por lo tanto, debemos tenerlo para poder llevar a cabo la venta del inmueble sin problemas.

¿Qué es el certificado de eficiencia energética?

El certificado de eficiencia energética es un documento oficial redactado por un técnico certificado. Este certificado incluirá información objetiva sobre las características energéticas de un inmueble concreto.

Este documento calcula el consumo anual de energía necesario para satisfacer la demanda energética que tendrá un edificio en condiciones normales de ocupación y funcionamiento. Esta demanda energética deberá incluir la producción de agua caliente, calefacción, iluminación, refrigeración y ventilación.

El proceso de obtención de la certificación energética concluirá con la expedición de un certificado de eficiencia energética. Así como con la asignación de una etiqueta de eficiencia energética. La escala de calificación energética se compone de siete letras, que varían entre las letras A (edificio más eficiente energéticamente) y G (edificio menos eficiente energéticamente). Esta etiqueta energética expresará la calificación energética de un edificio mediante la concesión de una de estas letras.

El certificado de eficiencia energética es obligatorio para los propietarios de cualquier inmueble que forme parte de un edificio existente (viviendas, oficinas o locales). Y, por supuesto, que sea objeto de una operación de venta o alquiler. Aunque hay ciertas excepciones.

¿Cómo solicitar el certificado de eficiencia energética?

Cuando vayamos a solicitar el certificado energético, tendremos que ponernos en contacto con una empresa autorizada del sector para solicitar un presupuesto. Es aconsejable disponer de varias ofertas y presupuestos para elegir la opción más adecuada y económica.

Esta empresa nos enviará un técnico autorizado para que visite nuestra vivienda. Como paso previo, este técnico tomará los datos registrales catastrales, con los que podrá conocer la superficie, antigüedad y geometría de nuestra vivienda. Asimismo, también podrá solicitarnos, como propietarios, algunas facturas antiguas e información relacionada con alguna reforma.

Una vez finalizada la inspección, el técnico autorizado valida y firma el certificado energético, momento en el que el propietario del inmueble puede registrarlo en el organismo correspondiente.

Este informe tendrá una validez de 10 años. No obstante, si durante este periodo realizas reparaciones para mejorar la eficiencia energética de tu vivienda, podrás renovarlo antes de ese plazo.

¿Cuánto puede costar el certificado de eficiencia energética?

El precio de este certificado no está regulado por ningún organismo. Así que cada profesional podrá fijar sus propios precios. Entre los factores que influyen en el coste final del certificado, tenemos la ubicación del inmueble, el tipo de vivienda o la superficie. Podemos establecer una horquilla de precios.

Pero, para hacernos una idea, en la mayoría de los casos el precio de este certificado puede oscilar entre 50 y 300 euros..

Para muchos, estos precios parecerán elevados, pero es aconsejable pagarlos, porque, de lo contrario, pueden imponer una sanción económica por no tener el certificado de eficiencia energética. Según la ley, si no disponemos del certificado de eficiencia energética en el momento de vender o alquilar la vivienda, esto puede suponer una multa de entre 300 y 6.000 euros..

Ventajas de tener una buena calificación energética

• Mayor valor de mercado: el inmueble se diferenciará de otros cuando se venda o alquile. Para los ocupantes, ofrecerá una «imagen verde».
• Menores costes: El ahorro que supone que el inmueble funcione con menos energía y requiera menos mantenimiento.
• Mayores ingresos: Al estar más cotizados, estos edificios tienen menores tasas de desocupación por alquiler y mayores ventas.
• Bajada de impuestos: reducciones en el IBI para las viviendas más eficientes, en los municipios que así lo decidan.
• Mejora el confort de los habitantes y usuarios de los edificios